Alí: El puto de todos (Spanish Edition) by Del Cerro Garcia Rafael

Alí: El puto de todos (Spanish Edition) by Del Cerro Garcia Rafael

autor:Del Cerro Garcia, Rafael
La lengua: spa
Format: epub
editor: UNKNOWN
publicado: 2024-01-16T00:00:00+00:00


Capítulo 5: Tau

Un día mientras, paseaba por la calle, vi a un chico muy guapo pero delgado y sucio de unos catorce a quince años revolviendo las basuras. Me quedé mirando un momento le vi llevarse algo a la boca y fue como verme a mí mismo alguna vez en el basurero, aquello me conmovió profundamente y sin dudarlo me acerqué a él.

Le saludé y le pregunté cómo se llamaba y si estaba solo. Me dijo que se llamaba Tau y que estaba solo porque su padre lo pegaba mucho. Había escapado de su casa hacía un mes desde entonces vivía en la calle y pasaba mucha hambre.

Al escuchar aquello lo tomé del brazo, pegó un respingo asustado pero cuando le dije que me acompañara a uno de los sitios de comida que yo conocía y le invitaba a comer conmigo. Ya no lo dudó.

Aún era temprano, nos sentamos en un rincón apartado y poco después estábamos comiendo, Tau no me había mentido al decirme que pasaba mucha hambre: al principio pidió solo un plato pero cuando le animé a seguir en un momento se comió dos más echándome miradas furtivas sin apenas decir nada y cuando terminamos, ya satisfecho, era el momento de hablar un poco por si podía ayudarlo. No sabía cómo preguntarle lo que suponía y me pareció más fácil contarle que yo también escape de mi casa porque mi padre también me pegaba por ensuciar su honor. Cuando escuchó aquello me miró directamente a los ojos por primera vez y casi a punto de llorar con un hilo de voz me preguntó si yo era igual que él.

Le eché mi mejor sonrisa y aprovechando que estábamos en un rincón donde apenas se nos veía puse mi mano sobre la suya y esta vez no se asustó si no que me lo agradeció con una sonrisa de felicidad. Entonces me confesó que cuando me acerqué lo sospechó pero una vez que se equivocó le pegaron una paliza y desde entonces tenía miedo.

Después de aquello nos contamos nuestras historias en realidad eran muy parecidas: nuestros padres se habían enterado y los golpes y palizas nos llovían con cualquier pretexto. Él, como la mayoría de los que estaban por la calle, se escapó sin nada, sobrevivía mendigando y comiendo de la basura.

Al tercer día se metió a dormir a un edificio en ruinas donde había otros mendigos y tres de ellos lo golpearon y violaron. Desde entonces, cuando llegaba la noche, tenía miedo y se escondía en cualquier sitio lo más apartado posible.

Salimos de allí hablando como amigos, paseamos bastante rato contándonos nuestras cosas teníamos tanto en común hasta que él, con vergüenza, me dijo que después de tanto tiempo sin comer necesitaba ir al baño yo pensé que también necesitaba ducharse con urgencia había baños públicos donde por solo una libra podías hacerlo todo: le llevé y mientras lo esperaba pensé como podía ayudarle a salir de su situación.

Solo se me ocurrió una forma: algunos de mis primeros



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